¿Alguna vez te has preguntado si esta escena de la película ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ podría ser real? Pues bien, el razonamiento de esta escena se basa en que antiguamente las neveras estaban tapizadas con placas de plomo, y el plomo es un elemento que evita la radiación. ¿Pero una nevera de este tipo sería lo suficientemente eficaz como para salvar la vida de una persona en caso de ataque nuclear?
El plomo como blindaje radioactivo
Las partículas radiactivas tienen una alta carga positiva. Un elemento podrá bloquear estas cargas si tiene muchos átomos y estos, a su vez, tienen muchos electrones, ya que tendrá una mayor carga negativa con la que hacer frente a las partículas radiactivas. Y esto es lo que ocurre con las placas de plomo.
El plomo tiene 82 electrones por átomo y es 11,35 veces más denso que el agua. Por lo tanto, una capa gruesa de este elemento reducirá relativamente la radiación. Tanto el plomo como cualquier otro elemento no eliminan del todo las radiaciones, pero sí pueden disminuir sus niveles hasta que resulten prácticamente inofensivos.
Radiación tolerada por el ser humano
Una bomba de este tipo, según los cálculos del equipo de Kohli (Universidad de Lester en Reino Unido), ‘bombardearía’ el frigorífico con rayos gamma de una energía de hasta 600.000 julios si este se encuentra a una distancia de 1 Km del punto cero.
Sin embargo, esta dosis supera considerablemente la máxima admisible para un ser humano. Para sobrevivir, esta cifra no debía superar 75 julios de rayos gamma. En este caso Indiana Jones necesitaría una lámina de plomo de un espesor de unos 4,6-6,83 centímetros.
En este sentido, lo más probable sería que él muriera de la contaminación radiológica, ya que es imposible quedar con vida después de un ataque tan masivo escondiéndose en un refrigerador cubierto de plomo de un espesor de solo varios milímetros.