Hay tres tipos principales de terapias basadas en la transferencia de células T: la basada en los linfocitos infiltrantes de tumores (TIL), células TCR-T y células CAR-T. Estas dos últimas, consisten en células T modificadas genéticamente donde la especificidad tumoral se induce ex vivo insertando un receptor de antígeno quimérico (CAR) o, transfectando un TCR específico
Los TIL pueden extraerse, aislarse del tumor y cultivarlos ex vivo usando IL-2. Debido a que estas células han sido activadas para responder a antígenos tumorales in vivo, no es necesario el reconocimiento previo del antígeno. Los TIL son una población heterogénea de linfocitos que contiene muchas especificidades antigénicas. Tras la expansión clonal, se reintroducirse en el paciente, tras una linfodepleción
Las células T pueden diseñarse para expresar TCR con especificidad de antígenos tumorales. Estas células TCR-T pueden cultivarse y expandirse ex vivo para ser reintroducidas en el paciente e impulsar una respuesta antitumoral. La modificación genética de las células T se puede realizar usando una gran variedad de métodos, como vectores virales, transposones, electroporación o plataformas de edición de genes (CRISPR-Cas9)
La terapia con células CAR-T es similar a otras formas de terapia celular adoptiva (ACT), en especial a la TCR-T; sin embargo, en lugar de introducir genes específicos, se diseña un receptor de antígeno quimérico (CAR) y se transfecta en linfocitos. El diseño básico de un CAR se basa en un fragmento variable extracelular monocatenario (scFv) de un anticuerpo monoclonal específico contra un antígeno de la superficie tumoral